Mejor que desaparezca el Poder Legislativo

DESDE SAN LÁZARO (Alejo Sánchez Cano / El Financiero)
La complicidad de los legisladores de Morena, PT, PES y PVEM con los miembros del gabinetazo del presidente, raya en el cinismo, la hipocresía y la estupidez.
La complicidad de los legisladores de Morena, PT, PES y PVEM con los miembros del gabinetazo del presidente, raya en el cinismo, la hipocresía y la estupidez.
Esa obsesión de impedir que acudan al senado y a San Lázaro a explicar al detalle asuntos de su competencia e incumbencia, es una postura antidemocrática que traiciona el principio básico de la democracia en torno a la rendición de cuentas.
La “hazaña legislativa” de la oposición para impedir que los responsables de la devastación ambiental que están haciendo en el sureste mexicano, no acudan ante los legisladores federales a debatir, contrastar ideas e intercambiar información y puntos de vista, es una terquedad, producto de la sinrazón que encuera el enorme temor que existe entre los “floreros del gabinete” en torno a su incompetencia, ineptitud y escasa experiencia en el cargo que ostentan.
El director de Fonatur, Javier May Rodríguez; Desarrollo Agrario; Medio Ambiente, Profepa y demás jefazos de las dependencias responsables del eco suicidio y que a propósito no damos sus nombres porque la mayoría no los conocen, esconden la cabeza como el avestruz para con ello evitar ser cuestionados sobre los trastumbos de un proyecto que además de significarse como un barril sin fondo, está destruyendo la red subterránea de ríos, cenotes y cavernas ubicadas en el nuevo Trazado del Tren Maya, de Cancún a Tulum.
Las evidencias de la destrucción y deforestación captadas en videos, fotografías y testimoniales de las comunidades afectadas, tan solo son una parte del daño que por mucho es mayor al eventual beneficio que podría traer la línea férrea.
Acaso creen los legisladores del bloque oficial que los votantes padecen de amnesia o que son ignorantes, o tal vez piensan que la ciudadanía no se enterará de la burla que hacen al ser omisos en el cumplimiento las tareas asignadas y compromisos contraídos en campaña.
Cuando por fin se logra que algún funcionario de la 4T acuda a alguna cámara legislativa, en muchas ocasiones lo hacen en privado y en lo oscurito, tal como sucedió con el Fiscal General de la República, el desacreditado Alejandro Gertz Manero o con la titular de la SEP, Delfina Gómez, que en unos días, cuando el tiempo lo disponga, acuda a platicar con la Jucopo para explicar las “razones” que terminaron con el programa de Escuelas de Tiempo Completo.
Ahora que está de moda aportar toda clase de sugerencias para la reforma electoral, va una, valdría la pena desaparecer a todo el Congreso y dejar que el Ejecutivo gobierne solo y a sus anchas, como es el deseo del titular de ese poder.
No solo que eliminen a los plurinominales, sino de una vez a todos.
De poca cosa sirven los diputados y senadores si cuando hay un grave problema nacional que requiere su atención, como la devastación ecológica o la cancelación de las escuelas de tiempo completo, votan para que los secretarios de Estado y otros funcionarios no acudan para que no se les toque ni con el pétalo de una rosa.
Los legisladores de oposición también tienen culpa al ser timoratos y mediocres, al no exigir con toda vehemencia, la presencia de esos cobardes que cobran por esconderse.
La dictadura avanza por encima del miedo y la sumisión del poder Legislativo.
Unos por lambiscones y otros por cobardes, pero el resultado es el mismo, tenemos legisladores que con ellos o sin ellos, el país seguirá rumbo al despeñadero, sin que nadie haga algo para impedirlo.
La oposición se duerme sobre sus laureles. Creen que con solo declaraciones podrán contener el avance del absolutismo.
Por su parte, el bloque oficial de legisladores conformado por Morena, PT y el PVEM, comparten la responsabilidad histórica de ser comparsa en la destrucción del régimen democrático y de todo el entramado institucional que se creó a lo largo de varios lustros para brindarle mejores estadios de desarrollo a la población, al tiempo de mantener la división de poderes y los contrapesos necesarios para acotar el inmenso poder del presidente de la República.