La profesionalización de las empresas

Este artículo de mis archivos tiene un objetivo muy claro: Estoy convencido que, además de todas las estructuras, reglas y órganos de decisión necesarios para que los negocios de este milenio crezcan y sobrevivan, es preciso fomentar una atmósfera de cambio que proviene de la cabeza de la empresa y se transfiere a todas las capas de la organización.
Espero mostrarles una perspectiva de los grandes cambios tecnológicos que se están generando en el mundo, los cuales son aplicables a negocios de cualquier tamaño y giro, además de que les sirven a estos para simplificar su vida y operaciones y les dan instrumentos de control, cuyo uso antes estaba reservado sólo a las grandes empresas. También con la pandemia el manejo de comunicaciones en línea ha significado una revolución en el trabajo, educación y entretenimiento.
Antecedentes.- Imagínense a una empresa pequeña de los años sesenta y setenta del siglo XX. Generalmente, el dueño-fundador la manejaba con todo en la cabeza, solo y muy orientado por su sentido común e intuición, tratando de mover las diversas áreas del negocio en la forma lo más simple posible, al menor costo y la mayor utilidad. Sus problemas eran la cobranza y cómo salir de broncas con el fisco, el seguro social, etcétera. Los competidores y él eran dueños de un mercado que tenía hambre y compraba todo lo que ofrecían. Su vida era razonablemente tranquila, sin devaluaciones, crisis, etcétera. Los controles eran, por decirlo suavemente, bastante rústicos (libretita o en la cabeza) y no había mucha capacitación para nadie, pero las cosas funcionaban bien… hasta que dejaron de hacerlo.
En este milenio: Es imposible visualizar este tipo de actitud empresarial en una empresa que quiera sobrevivir. Los elementos externos, crisis, inestabilidad económica, falta de créditos e inseguridad, aunadas a que internamente ya no es posible manejar líricamente el negocio, o por lo menos no por un tiempo largo y siento, casi imposible, que este panorama empresarial continúe así en la siguiente generación. Se requieren cambios profundos y muy rápidos, con instrumentos y armas tecnológicas al alcance de todos.
Informática.- Puedo asegurarles que la casi totalidad de los changarros y empresas pequeñas van a tener un equipo de computación y estarán ligados a una red o sistema, empezando por la internet. Es más, en países como Brasil, que en muchos aspectos son similares al nuestro, se están dando pasos agigantados para que haya una “sociedad sin papel”. En México estamos atrasados, pero la velocidad con que estos procesos electrónicos vienen es huracanada, por lo que estén listos a hacer muchas más transacciones por vías electrónicas. ¡Lástima por el noble y folclórico deporte del “jineteo” de la lana, porque va a desaparecer o limitarse a operaciones de ambulantaje (que tarde o temprano también entrarán al aro y a la legalidad).
Vean sistemas de información, programas de control de producción, ventas, recursos humanos, finanzas, capacitación y oficinas “inteligentes” que permiten ahorros notables y mayor productividad, además que, a diferencia de otros sistemas, pueden ayudar a humanizar a los que trabajan y darles más tiempo para pensar, capacitarse, ser creativos y gozar a sus seres queridos. A probar este nuevo escenario.